El conocido como Jardín de la Alberca es uno de los primeros espacios ajardinados por los Montpensier para su palacio sanluqueño. Según entramos, nos reciben por un lado, a la derecha, unos bellos ejemplares de ciprés, árboles característicos de la vegetación mediterránea del sur de Europa en el que se ubica Sanlúcar de Barrameda. Por otro lado, a la izquierda, un ejemplar de otra planta característica de las latitudes en las que nos encontramos, el laurel, crecía desde hacía prácticamente un siglo cerca de la tapia, hasta que en el 2017 una fuerte racha de viento destrozó su tronco; en su lugar crecen hoy vástagos del mismo individuo. Plantas en fin características del clima mediterráneo que serían bien familiares a Magallanes y sus expedicionarios.
El cosmógrafo Pedro de Medina describía en la primera mitad del XVI a Sanlúcar como una villa en la que estaba el puerto y escala de los navíos, así de los forasteros como de todas las naos que van a Indias; aquí acaban de cargar y de aquí salen todos los viajes para cualquier parte de Indias que vayan. Hasta aquí se desplazaban pues oficiales de la Casa de Contratación de Sevilla como el mismo Pedro de Medina, con el objetivo de controlar las cargas y descargas de las embarcaciones, inspeccionando que no hubiera mercancías de contrabando o marineros sin licencia. En los muelles sanluqueños terminaban pues de avituallarse los barcos y de completarse las expediciones que se disponían a surcar el Océano: por Sanlúcar pasaron así por ejemplo los primeros plantones de olivos y vid, que fracasaron en el Caribe, pero que fructificaron en México y en el Perú, así como animales antes desconocidos en América como el caballo.
También las naves de Magallanes completarían los preparativos para la travesía en Sanlúcar. Después de una solemne misa ante la imagen de Nuestra Señora de Barrameda a la que los expedicionarios se encomiendan, además de a la también sanluqueña Nuestra Señora de Guía, y tras casi 40 días de aparejar y pertrechar las embarcaciones, finalmente, el 20 de septiembre de 1519, partieron de Sanlúcar de Barrameda las 5 naves -Trinidad, San Antonio, Concepción, Santiago y la Victoria, la única que volverá del viaje- que conformaban la que fue llamada expedición al fin del mundo. La plaza fuerte de Sanlúcar despidió a Magallanes y los suyos lanzando salvas de artillería, como era la costumbre cuando las expediciones salían de este puerto. Las naves respondieron por cortesía con otra salva de artillería. Tres años después, solo una embarcación con 18 tripulantes entre los que no se encontraba el capitán portugués, cruzaría de nuevo la Barra de Sanlúcar para culminar la que es considerada como la Primera Vuelta al Mundo.
Otras especies originarias de esta etapa del viaje presentes en este jardín: Acanthus mollis; Arum italicum; Berberis vulgaris; Buxus spp.; Ceratonia siliqua; Chamaerops humilis; Cotoneaster spp.; Crataegus azarolus; Crataegus monogyna; Euonymus europaeus; Festuca glauca; Ficus carica; Hedera helix; Jacobaea maritima; Lavandula spp.; Myrtus communis; Nerium oleander; Pistacia lentiscus; Punica granatum; Rosmarinus spp.; Ruscus spp.; Sinapis alba; Tetraclinis articulata; Teucrium fruticans; Viburnum opulus; Viburnum tinus; Vinca pervinca